La
gente suele decir que el dolor se lleva por dentro, que el que no quiere no lo
muestra ni lo comparte. Pero hay tanto dolor, que si se desborda de una
persona, de un recipiente, este estalla, estalla en un mar, como el vaso que
desborda el agua. Los ojos son el canal de ese dolor, el espejo del alma
(dicen).
Pero
las causas del dolor son diversas, y a veces, una suma de fuentes de dolor
causan un dolor fuerte, amargo (como el café). Dicen que te curte por dentro,
que te hace fuerte, porque el dolor no mata. Pero ojalá lo hiciera, porque
sentir dolor es absurdo y asqueroso. Nosotros debemos evitarlo, aprender de
dolores menores para evitar los mayores, pero ¿y si es inevitable? ¿y si en el
fondo nos gusta sufrir? Podríamos escoger desconectar emocionalmente de
nuestras vidas, pero no lo hacemos.
A
menudo reflexiono sobre cosas que no tienen sentido y creo que el dolor es el
mayor sin-sentido que existe en el universo. ¿Sufrimos porque nosotros nos lo
buscamos o porque alguien nos hace sufrir? ¿hay gente a la que le guste sufrir?
¿Debe haber alguien a quien le guste provocar sufrimiento? El caso es que entre
tantas divagaciones mis propios sentimientos se entrometen en ellas, descubro
que la venganza y la ira (junto con la amargura) hacen pactos entre ellas,
obligándome a alegrarme por el sufrimiento del que me hizo sufrir, pero ¿eso no
me convierte en un ser despreciable? Es decir, si en mi propio sufrimiento quiero
que alguien sufra no soy más que un burdo producto de la amargura que me lleva
de este mundo de cordura… Sin embargo, de aquél me que ayudó a levantarme pido
a quien sea (no soy católica pero en ese momento rezaría de ser así), que no le
ocurriera nada, que no sufriera, que no le hicieran daño, y he aquí el quid de
la cuestión:
Y si el que ahora me ayuda con mi sufrimiento es el
que ha provocado en alguien el dolor y la amargura.
¡Ah!
¡Qué mundo más cruel con la humanidad! Estamos programados para sufrir y tener
compasión del que sufre. Destinados a ser rencorosos y vengativos. La envidia
nos lleva hasta límites insospechados y a cometer actos que después, cuando
hayan pasado unos años y miremos hacia atrás veamos que quizás malgastamos
demasiado tiempo en ello, sin reparar que mientras quizás nos perdimos algo
maravilloso ante nuestras narices, amigos, qué cruel es el universo. Creemos
que nos quitan las cosas del camino o nos las ponen en él según un orden
divino, cuando seguramente el que se interponga en tu andar quizás huye del
dolor de otra persona, o se aleja de alguien causándoselo.
Así
que en un acto de locura creo que intentaré dejar de sentir dolor. Me arrancaré
todo lo que me quede de amargura pegado a mi corazón. Destilaré las últimas
lágrimas y las guardaré en un botecito para conservar la esencia del mal de mi
vida y sonreír libre por fin de pesada carga como es el sufrimiento.
En
algún punto tienes que tomar una decisión. Los límites no dejan fuera a otras
personas; te encierran. La vida es un desastre, así es como somos. Así que
puedes desperdiciar tu vida dibujando líneas o puedes vivir tu vida cruzándolas.
Pero hay algunas líneas que son demasiado peligrosas de cruzar. Esto es lo que
se, si estás dispuesto a correr el riesgo, la vista desde el otro lado es
espectacular.
Meredith Grey (Anatomía de Grey)
El dolor es aprendido, se traduce en experiencia continua. La manera de soportar y demostrar dolor es aprendida, una manera social de desbarajuste de un individuo.
ResponderEliminarLa felicidad te la enseñan desde pequeñ@. Te dicen que es nimia, reducida a pequeños retazos. Casi un paraiso que nadie descubre. Naces para padecer hasta que mueres. Eso te dicen.
"Todo te lo enseñan y tú, como buena alumna del sistema, todo lo aprendes. Si hubieras nacido salvaje no verías problema"
Y al final, como dicen los magos, solo quedas tú. Lo que tú creas, se convertirá en cierto. Porque no hay ninguna teoria tan ajustada a la vida como la tuya.
(Si todo en esta vida es aprendido -desde la ira hasta la vida- podrás tú encontrar otras maneras de sentir que no esten estipuladas?)
Saludos de serotonina, que producen felicidad...
No es que nos guste sufrir, es que, a veces, lo necesitamos para darnos cuenta de que algo no está bien, no es correcto. Aunque generalmente sea producto de terceros, muchas veces somos nosotros mismos los que provocamos ese sufrimiento, por el motivo que sea... También hay mucha gente que se merece sufrir, y que el destino, o lo que creas, se encargará de ello en su momento, ya que sus actos conllevan a su propio desastre... Pero te daré la razón, como bien sabes, 'hay que cruzar esas líneas.'
ResponderEliminarSoy de las que piensan que el dolor es bueno, nos hace sentir humanos y nos hace apreciar los buenos momentos, los momentos sin dolor. ¿Qué clase de personas seríamos si no sintiésemos dolor cuando alguien cercano a nosotros muerte o cuando una relación de años se rompe? No seríamos personas. Porque no sabríamos apreciar a esa persona que tenemos al lado, o esa pareja nuestra que a lo mejor tanto se desvive por nosotros. Creo que renegar el dolor, es renegar de la vida. Es renegar de nuestra naturaleza.
ResponderEliminarAdemás, también soy de las que piensan que lo malo del dolor no es el sufrimiento que ocasiona, si no el no saber aprovecharlo. El dolor puede ser productivo. Puede ser el empujón que necesitas para salir a comerte el mundo. Puede ser arte reflejado en pinturas, en escritos. No hay que renegar del dolor, lo que hay que hacer es aprender a utilizarlo bien.
Un saludo (: