La
cafetería que me sirve de refugio es inspiración y a la vez hogar. Es de esos
lugares que uno nunca quiere abandonar, y que seguramente, de haber podido,
hubiese vivido en los sofás que ahora me reconfortan. El caso es que sin ser nada y siéndolo todo este
lugar me trae a morir y me trae a vivir en paz. Es un sitio dónde vengo a
deleitarme, dónde el olor a café impregna cada poro de mi piel, y dónde puedo
encontrarme a mi misma con diez años más o diez años menos. Es futuro y a la
vez pasado, pues recuerdo que de niña miraba con interés a los grandes
escritores bebiendo su café y escribiendo como locos en sus cuadernos, esos
preciosos cuadernos que albergaban historias interminables.
Lo
cierto es que siempre soñé con que después de unos años alguien, algún niño,
mirara por la ventana de la cafetería y me viera a mí, en mi sitio de siempre,
con mi café de siempre, entre cuadernos e historias por contar. Pero todo esto
es un secreto claro está. Así que ahora mismo mientras la ventana me devuelve
la mirada de soslayo, me declaro nula e inconformista. Con cuadernos llenos de
notas, llenos de ideas y una pantalla de ordenador en blanco, porque ya no se
escribe a mano, no como antes. Y lo que ahora se llama moderno es lo que hace
veinte años veía a través de la ventana de la cafetería de mi cuidad.
Mucho
ha pasado desde entonces, pues ya no soy una chiquilla. Mis sueños no son los
mismos y mis ambiciones son mucho más pequeñas. El alma grande y las manos
pequeñas; el corazón helado y el café caliente. Por eso que ahora escribo
sentada al lado de la ventana de mi cafetería personal, y es ahora cuando me
pregunto si alguna vez pensé como de dura sería la vida, de hecho de pequeña
solía pensar que los mayores debían saberlo todo, que siempre tenían la
respuesta indicada para todo, pero ahora que he crecido sé que muchas veces a
los niños se les miente por el bien común, el suyo (de los niños) y el nuestro
(los adultos) pues la ignorancia que se tiene en la niñez se va perdiendo y a
veces una misma agradecería ser ignorante de muchas cosas.
Y
siendo sinceros casi nunca consigo acabar nada, así que tengo seis o siete
cuadernos en la mesa, totalmente inconexos, el ordenador lleno de documentos,
de cosas que no sirven, de deshechos de historias. ¿Seré demasiado puntillista?
¿Demasiado perfeccionista? ¿Demasiado algo? Escribo. Borro. Escribo. Borro.
Escribo. Escribo. Eliminar. Porque me distraigo y pierdo el hilo, entre los
aromas del café y las pastas, entre las conversaciones de los demás, las
miradas de los desconocidos y las sonrisas de los mismos de siempre y mi rutina
consiste en divagar sobre las cosas más banales, pasar de Kenneth a Verónica,
mis dos mejores creaciones, porque me gustan, porque les quiero. Pero son de
dos mundos tan distintos.
A
menudo me doy cuenta que creo mundo paralelos al mío, que necesito imaginarme
que lo que conozco no es la única realidad, pues sinceramente, esto, la
realidad que vivo, es un asco. Así que creo mundos para ellos, para mis
chiquillos y sus problemas. Mientras me siento y miro por la ventana imaginando
que me dirían ellos si me vieran así. Sonrío. Una niña se ha parado a mirarme,
a mí y a mi mesa, llena de cuadernos y dibujos que entierran mi portátil.
Señala a su madre y dice algo que no logro escuchar.
Guillaume,
el camarero belga más guapo que jamás haya visto, recoge mi taza vacía hará
horas y su vista también se posa en la niña, sonríe y me da un par de palmadas
en la espalda.
—¿Otro?
–sé que se refiere al café y asiento.
Una entrada personal, eso me gusta, me gustan los escritos subjetivos. Destila delicadez, nostalgia y quizá un poco de duda, miedo. En todo caso es un texto con una prosa asequible y amena, y eso lo hace especial.
ResponderEliminarUn abrizo, peque :)
Me gusta que sea una entrada personal, que se te conozca... has descubierto tu secreto pero he de decir que es precioso.. los días están llenos de rutina, pero siempre hay algo que nos sorprende día tras día, ya sea bueno o malo, pero que hace que los días no sean del todo iguales, que no sean una copia del anterior. Me ha encantado :)
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